Esta no era la única asamblea
existente en la Antigua República. En primavera, se reunían las asambleas
regionales y se tiene constancia de asambleas itinerantes en que los jefes
promulgaban nuevas leyes.
En Thingvellir se reunía el
quinto tribunal que funcionaba como un tribunal de apelación y que resolvía los
asuntos que no eran competencia de los otros cuatro tribunales regionales.
Todos estaban formados por granjeros designados por los jefes. Las penas eran
habitualmente multas, aunque primaba la satisfacción personal, una suerte de
ley del Talión.
El vínculo entre jefes y
granjeros podía modificarse, bien porque el granjero decidiera cambiar de jefe
o porque el jefe desconfiara de su súbdito y lo repudiara. En la práctica
parece que esa desvinculación era complicada o peligrosa.
El cumplimiento de la ley quedaba
a expensas del jefe ya que no había rey, ni ejército ni policía que la
ejecutara. Con la llegada del poder real y la incorporación a la corona noruega
en 1262 serían los funcionarios reales los encargados de ello.
Una fotografía en blanco y negro
mostraba la inmensa asamblea que tuvo lugar el 17 de junio de 1944, cuando fue
proclamada la República en el valle, atestado de gente, con la mitad de la
población del país. Aunque el Althingi había sido rehabilitado a mediados del
siglo XIX y trasladado a Reikiavik, el significado histórico de Thingvellir
obligaba a que esa nueva etapa del país se inaugurara donde se reunía la
antigua Mancomunidad o República, la Thjodveldi.
0 comments:
Publicar un comentario