En La Cosmológica se
definen las inquietudes científicas y liberales que tuvo la isla. Desde que en
el siglo XVIII O’Daly y Pérez Brito obtuvieron el privilegio de que los representantes
del consejo se eligieran por el pueblo, florecieron las asociaciones ilustradas
que trabajaron por la libertad y la democracia. Ese germen mantuvo viva la vida
cultural. La isla fue y sigue siendo cosmopolita. Los comerciantes agrícolas
aún no han sido desplazados por los que explotan el turismo, que supuestamente
es la multiculturalidad.
Los pasos conducen hasta
Santo Domingo. Estoy convencido de que en poco tiempo confundiré las fachadas
de esta iglesia y de la de San Francisco. Tampoco es que tengan una estructura
muy parecida. Santo Domingo ha dejado el campanario de piedra gris en una
esquina. Aquella en un ángulo. En ambas contrasta la piedra con el blanco de la
fachada. Esta tiene dos entradas, la más centrada con dos arcos coronados por
un balcón. En la otra, el arco de medio punto lo encuadra un rectángulo.
Bajo hasta la Plaza de
España. Voy acostumbrándome a la ciudad en cuesta.
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