A Los Braseros se accede
dirección el Astrofísico de los Muchachos. Allí nos dirigimos desde el
Santuario, donde hemos comido. Había demasiada gente para montar el tenderete.
Desde el primer momento
nos cautivan las vistas sobre Santa Cruz. Beby y Tony pasean agarrados de la
cintura por la plataforma que sirve como mirador natural. El adorno son las
plataneras y alguna palmera. La pendiente va a parar al mar arrastrando las
arrugas que en su rostro trazan los barrancos profundos, una debilidad para mi
vista.
El tenderete corre a
cargo de Son Montuno, con la colaboración de Luís y Pancho. Luís es el perpetuo
afinador del cuatro, al que se le ha roto una cuerda antes de empezar la
serenata. Parece serio. Con las copas se relajará, se ambientará y mostrará una
voz sensible. Pancho es el perfecto caballero. Se ha preocupado por la
organización de la comida en la Parrilla de las Nieves. Exhibe una envidiable
voz de bajo, hermosa pero tímida. Su instrumento es como un colorido excusado
prolongado en un mástil con una cuerda. La inscripción “Sonora Chicharrera” es
el distintivo de su grupo. Visto así, nadie diría que es el presidente de un
importante órgano administrativo.
El sol intenso obliga a
resguardarse bajo la parra. Las uvas son aun timidez verde. Entre los finos
tallos que forman una ligera cortina se filtran el mar y el paisaje.
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