Me tumbé en la cama y leí unos
versos del poeta andalusí Ibn Zaydún:
¡Y cuantas veces quiso
asustarme la suerte!
mas no lo consiguió: me
hizo ser más valiente;
siempre que me tocaba una
desgracia del Tiempo
veía en mí un héroe cada
vez más fuerte.
Las últimas dos horas de la
tarde fueron poco propicias. El tiempo se había aliado en mi contra y había
impedido el disfrute de lugares de singular belleza, aislados, el premio a
quien se ha atrevido a buscarlos. Quería haber continuado hacia el este, pero
preferí concentrarme en este ámbito. Como escribió el gran poeta oriental
Mutanabbi, “voy en mi camino como una flecha tras mis anheladas metas”.
Por eso, salto de la cama, me
entrego al aseo y al desayuno, preparo mi ligero equipaje y me lanzo a
conquistar mi Destino, porque “se dice: el premio del éxito tras todo esfuerzo
existe, /yo replico: nada se alcanza sin la ayuda de la Suerte”.
Y no querría contradecir al
poeta cordobés.
0 comments:
Publicar un comentario