El eje de comunicación de toda
la zona es la carretera CV 35 que une Valencia con Ademuz, un enclave
valenciano en la provincia de Teruel, uno de esos vestigios peculiares que me
gustan por ser parte de nuestra complicada historia. Estuve en Ademuz hace muchos
años y me gustó. La carretera pasa por Liria, a cuyo partido judicial
pertenecen estos pueblos. Es una buena carretera, bien asfaltada, aunque el
diluvio la convierte en peligrosa. El gozo de esa conducción termina cuando, en
Losa del Obispo, tomo la CV 394 hacia Chulilla.
A mi derecha ha quedado el
embalse de Loriguilla. Su construcción, terminada en 1965, supuso la
desaparición de varios pueblos, como Loriguilla o Domeño. El Turia va
encajonado y permite los pantanos. Hay una ruta de puentes colgantes que une el
pantano con Loriguilla. El embalse cuenta con un embarcadero y es un destino
popular para una jornada en familia.
Me sorprende muy gratamente
Chulilla. Antes de llegar al pueblo, por la urbanización Santa Bárbara, se
encuentran las Hoces del Turia. Sus paredones en arco son espectaculares. Haré
una breve parada, me emplazo para el día siguiente y rezo para que mejore el
tiempo.
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