Foto: El Hierro Travel.
Aprovecho
un hueco en las tutorías para escaparme a visitar la Casa de las Quinteras, el
centro etnográfico de Valverde que transporta al pasado y la tradición de la
isla. Por tres euros es una buena opción.
El
museo está ubicado en varias casas acopladas a la pendiente y rodeadas de un
pequeño jardín entre las peñas y los muros: una tunera enorme con cochinilla en
sus tallos, una higuera con frutos aun verdes, otras plantas que identifico
aunque no sé sus nombres.
La
casa de la taquilla y la tienda de artesanías es de piedra sin desbastar,
oscura, seria. Dentro se venden tejidos hechos a la antigua usanza, cestos,
artesanía en madera, adornos y souvenirs. También una pequeña oferta de libros.
Me decanto por Recuerdos de un viaje a El
Hierro del Fiscal del Tribunal Supremo Juan Maluquer, que visitó la isla en
1904, y Viaje estrambótico Sabinosa,
de Jacinto del Rosario, que promete humor y un tono ligero.
Subo
por una senda cubierta de piedras talladas de forma rústica y observo la sala
de la herrería, con un gran fuelle y los útiles habituales. Al lado, un telar
antiguo. En unos paneles se ofrecen explicaciones al visitante. El museo está
organizado con cariño.
En las
salas superiores exhiben cerámica, artesanía de madera, el proceso textil
tradicional, los colorantes naturales y las pinceladas sobre la vida
autocrática y sencilla de los habitantes de El Hierro. Cuesta aceptar que la
muerte de la señora Fleitas (Doña Emérita) supusiera la desaparición de la
cerámica tradicional hasta que fue rescatada hacia 1.985. La forma de tejer
también se ha repescado del olvido y se ofrece al visitante con el orgullo de
lo que ha resistido el tiempo y ha sido útil a nuestros antepasados. Es una
iniciativa estupenda.
Cierro
el paréntesis del ocio y regreso al trabajo.
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