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El Hierro. Clamor volcánico, tranquilidad infinita 11. La devoción a la Virgen de los Reyes.



Cuentan que La Dehesa produce la mejor miel de la isla. Las tabaibas le dan un sabor especial. Están ausentes los productos químicos. La Dehesa está muy cerca del fin del mundo, en la zona occidental. Allí se ubica el lugar más sagrado de la isla y el origen de una de sus tradiciones más celebradas.
La ermita de la Virgen de los Reyes es sencilla, blanca, con un pequeño campanario y un pozo cercano. La imagen de la virgen en su camarín, como en una silla de brazos, preside un modesto retablo de figuras y colores. Por qué ubicaron la ermita en este lugar tiene su explicación pero seguro que aquí había un culto que encontraron los españoles y que fue más sencillo cristianizar que eliminar.

En www.islaelhierro.com encuentro una reseña sobre el origen de la imagen de la virgen y de la fiesta:
“Un 6 de enero de 1546 aparece la imagen de la virgen en las costas de Orchilla. Según cuenta la tradición, la dejaron unos marineros que se dirigían a América, a cambio de víveres para la dura travesía. La talla se depositó en el Caracol,  la cueva que llamaron a partir de ese momento “Cueva de la Virgen”. De esta forma se convirtió en protectora y patrona de La Dehesa y de los ganados, estableciendo su fiesta el 25 de abril.
Las aportaciones del primer cordero que nacía y el primer queso que fabricaban permitieron la construcción de la ermita cerca de la cueva. La primera misa tuvo lugar el 25 de abril de 1577.
La sequía de 1614 y las posteriores lluvias provocadas por su intercesión para terminar con la desgracia la dieron a conocer en todos los pueblos. Otra sequía, la de 1740, provocó el traslado por los pastores hasta Valverde. Al poco tiempo llovió copiosamente, por lo que el 26 de enero de 1741 se firmó “el voto de llevar en peregrina romería a la virgen desde su ermita hasta la Villa de Valverde cada cuatro años”.

Cada cuatro años (la siguiente ocasión será en 2013) se celebra la Bajada de la Virgen, que la conduce al otro extremo de la isla, la Iglesia de la Concepción de Valverde. Una tradición similar también tiene lugar en otros lugares de Canarias, como en La Palma, donde se celebra cada cinco años (las fiestas lustrales). El camino de la virgen está señalizado y cualquiera puede hacerlo con cierta preparación física. Sigue las sendas pecuarias. El camino se divide en “rayas”, que marcan los límites de los distintos pueblos. La imagen es acompañada por los bailarines vestidos en la forma tradicional y por músicos, peregrinos y curiosos.
La fiesta tiene la virtud de unir en la isla a todos los que se marcharon de ella. En la fiesta del próximo año tienen puestas sus esperanzas para rehabilitar económicamente la misma.

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