Entre 1609 y 1620, bajo el
mandato del virrey don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, siendo
rey Felipe III de España, se reestructuró la zona y se remodeló la Piazza Viggliena
(que toma su nombre del virrey), confluencia de las calles Maqueda y Vittorio
Emmanuelle, Víctor Manuel I. Las fachadas de cada uno de los chaflanes de las
esquinas se adornaron con un conjunto barroco de singular belleza.
Cada esquina se asociaba con uno
de los cuatro Mandamenti o nuevos
barrios creados a finales del siglo XVI con una fuente en la parte inferior que
recordaba a cada uno de los cuatro ríos que confluían, desde las montañas de la
Conca d’Oro: el Kemonia, el Papireto, el Oreto y el Pannaria. Sus cauces habían
sido desviados y domesticados. El primer nivel de cada esquina representaba el
orden natural, las cuatro estaciones encuadradas en columnas dóricas. El
segundo nivel era el del orden social, con las estatuas de los reyes españoles
Carlos I, Felipe II, su hijo Felipe III y su nieto Felipe IV. Las columnas eran
jónicas. El tercero, el orden espiritual, con pilastras neoclásicas y las
esculturas de las santas patronas de los barrios, Santa Ágata, Santa Cristina,
Santa Ninfa y Santa Oliva, coronadas por ángeles y custodiadas por los escudos
del rey, la ciudad y el virrey. Una equilibrada simbología.
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