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Imágenes y palabras de Etiopía 38. El jesuita Pedro Páez y la conversión al catolicismo.


 

Mi interés por Etiopía creció exponencialmente tras la lectura de un libro de Javier Reverte, Dios, el diablo y la aventura, sobre el jesuita español Pedro Páez, que viajó al país en el siglo XVII para convertir al catolicismo a sus gentes asediadas por el poder turco.

Nació en Olmedo de la Cebolla, hoy Olmeda de las Fuentes, cerca de Alcalá de Henares, en 1564. Se formó en Belmonte y, posteriormente, se trasladó a Coimbra. Su destino estaba fuera de la península y los jesuitas portugueses decidieron trasladarle a Goa, en la India, donde tenían importantes establecimientos.



La situación de la Compañía de Jesús en Etiopía era desesperada, con la necesidad urgente de trasladar nuevos efectivos que reforzaran la actividad en la zona. Decidieron enviar a Antonio de Monserrat, hombre ya muy curtido, y a un joven Pedro Páez que ya había apuntado maneras. Su primer viaje desde la India terminó con su captura y cautiverio durante varios años. Los turcos ejercían un férreo cerco en las costas que impedía el acceso hacia Etiopía. Liberado, volvió a intentarlo años después y con la experiencia de la anterior ocasión consiguió llegar a su destino. Poco a poco se ganó la confianza del soberano y pudo acercarse a su objetivo: la conversión de sus fieles.

Reverte destaca sus virtudes en su libro:

Páez atesoró en su carácter todas las virtudes de la orden: espiritualidad, valor, disciplina, amor al viaje y la aventura, curiosidad científica, enormes dotes intelectuales y pedagógicas, y férrea determinación por cumplir las tareas que se había impuesto. Y añadió otras virtudes personales que muchos de sus compañeros jesuitas no poseían: flexibilidad extrema, capacidad de convicción, un sentido agudo de la diplomacia, curiosidad por cuanto veía a su alrededor, enorme facilidad para las lenguas, fino sentido del humor, don de gentes y una simpatía arrolladora. Ignacio de Loyola no hubiera pintado un retrato del misionero ideal mejor que el de Pedro Páez”.

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