El gran poeta, novelista,
dramaturgo, periodista y político nació en 1850 en Sopot en una acomodada
familia de comerciantes. Murió en Sofía en 1921.
Su padre intentó inculcarle el
oficio y le mandó a Kalofer donde el padre de otro gran patriota, Hristo Botev,
el que daba nombre a la calle de mi hotel, regentaba una escuela mercantil. También
lo intentaría en 1870 con su traslado a Rumanía para que su tío le enseñara
economía. Esos cambios de residencia no avivaron su vocación comercial, aunque
le ayudaron a entrar en contacto con la literatura búlgara, francesa y rusa, sus
grandes inspiradoras, y con las ideas revolucionarias fraguadas en el
Renacimiento búlgaro. La literatura y la política fueron los dos grandes ejes
de su vida.
Con aquellos antecedentes estaba
ansioso por visitar su casa-museo en la confluencia de Rakovski con la calle
que llevaba su nombre, al igual que el cercano Teatro Nacional, en un claro
homenaje a su altura artística.
En varias ocasiones salió hacia
el exilio por sus ideas políticas, como en abril de 1876 tras fracasar el
levantamiento contra los turcos. Tras la liberación de 1878, y su regreso a
Bulgaria, alternó la literatura con algunos puestos en la administración.
Perteneció al Partido Popular, prorruso, y ejerció el periodismo para
contribuir al triunfo de sus ideas. Tras su exilio en Odessa, en 1887, fue
nombrado Ministro de Educación, puesto que ejerció durante dos años y que le
permitió constantes desplazamientos por el país y el extranjero.
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