Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

En Gambia no pasa nada 1. Pues va a ser verdad que "no pasa nada".


 

“No pasa nada”, retumba en mi memoria la infinidad de veces que he escuchado, en perfecto español, esta expresión a las gentes de Gambia. Siempre con un matiz de relajación, con la convicción de que, efectivamente, no puede pasar nada malo en este país que me atrevo a decir ha estado reñido con la felicidad durante muchos momentos de su historia. Aunque la historia está para olvidarla si nos causa males mayores. O para afirmar que “no pasa nada” porque nada se parece a las desventuras del pasado.

“No pasa nada” es una expresión con multitud de significados, polisémica, de las que sirve para casi todo, bien articulada y rodeada de la guarnición del tono y la expresividad. Para un roto o para un descosido lingüístico, para calibrar la creatividad de quien la emite y de quien la escucha, para que las palabras se esfuercen en transmitir más allá de lo que aparentemente se esconde en esos tres términos, tan sencillos, tan vivos, tan generosos en mensajes.



La compartirán contigo al entrar en una tienda con total confianza, o en una casa a la que te invitan demostrando la hospitalidad y la cordialidad de estas gentes tan pobres en bienes materiales como inmensamente ricas en encanto y amabilidad. Y si llegas tarde, “no pasa nada”. Que no tienes dinero para pagar la comida (vaya faena), bueno, con buena cara de dirán un sincero “no pasa nada. Vamos, dios proveerá, que también diríamos.

Para un viajero ávido de aventuras quizá le eche atrás que “no pase nada”, aunque habrá que recordar que Gambia es un país de una gran vitalidad en que los acontecimientos fluyen, no se atascan, para desesperación de locales y extranjeros. La predestinación provoca su relajación porque poco pueden hacer por modificar el curso de la vida que el destino les ha marcado. La tormenta va a caer igual desde el tenebroso cielo, la crecida del río será la que marquen las fuerzas de la Naturaleza y el transporte llegará cuando lo tenga a bien el conductor. Así que relájate y no intentes alterar el orden cósmico de estas sabias personas que han adoptado la expresión “no pasa nada” como principio de su existencia. Rara vez contemplarás a alguien que corre para hacer algo, salvo a los niños en sus juegos y a los deportistas en sus entrenamientos.

Aunque, si no pasa nada, ¿de qué puñetas voy a escribir en estas líneas?

Te invito a seguir esta breve crónica en compañía de mis amigos. Y como no sé cómo dicen los gambianos “érase una vez”, me tomo la libertad de empezar como me da la gana, con perdón, aunque suene un poco prosaico. Porque, en el fondo, “no pasa nada”.

0 comments:

Publicar un comentario