Un ejército sale al paso. Es un
ejército de época, con cascos, armadura y lanzas, colorido, de aspecto bonachón
y divertido. No tiene intenciones belicosas y menos contra nosotros. Es un
regalo completamente inesperado de la mañana.
El ejército camina por las
inmediaciones del baptisterio, asediado por una valla y materiales de
construcción. Es la huella de los trabajos de mantenimiento. Otro ejército, de
turistas, le sustituye en el espacio. Nos unimos a él rumbo a Santa María de la
Flor, la catedral de Florencia que simula una flor de tallo formado por las
naves y corola articulada en capillas absidiales.
El proyecto fue obra de Arnolfo
di Cambio, a quien tuvimos el honor de conocer en Siena como colaborador de
Giovanni Pisano en el púlpito de la catedral. Tras trabajar en Perusa, Orvieto
y Roma decidió aceptar este encargo. Fue uno de los grandes escultores y
arquitectos de finales del siglo XIII. Volveremos a disfrutar de su obra en
Florencia. Desgraciadamente para él, su proyecto fue alterado y los mayores
honores fueron para Brunelleschi, que está enterrado en el interior. Italia
producía constantemente genios.
0 comments:
Publicar un comentario