Alto del Time: algo más
que un mirador intenso. Mar, llanura y montaña, cultivos, casas y naturaleza.
Bajando hacia el Barranco de las Angustias, donde tuvo lugar la batalla entre
los guerreros guanches y los españoles para impedir que accedieran éstos a su
lugar sagrado, la Caldera de Taburiente, está la ermita blanca de la Virgen de
las Angustias, la versión cristiana de Aborá, a la que se ofrecían animales y
frutos, danzas y ritos que se reiteran durante sus fiestas. Es el edificio más
significativo de la profundidad del Valle.
El Valle es un
privilegio. En una isla donde el predominio es de las montañas, un llano tan
extenso es casi una provocación a la acumulación de superficie plana. No sé si
estará dispuesto a compartirlo con alguien.
Sentados en la terraza
del restaurante contemplamos la fusión de la línea baja de la costa con el mar,
Tazacorte, los pueblos del interior, la prolongación kilométrica de la llanura.
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