No siempre el atractivo de Pisa radicó en su torre inclinada. Hubo un tiempo en que los viajeros peregrinaban a la ciudad toscana para ver su Camposanto monumental, el cuarto elemento que compone la plaza de los Milagros, junto a la famosa torre, la catedral y el baptisterio.
Se dice que en el centro de lo que parece un claustro se depositó tierra traída desde los Santos Lugares. Quizá se inició como una iglesia.
Lo más impresionante del lugar son sus frescos, en los que trabajaron importantes pintores, como Buonamico Buffalmacco. Desgraciadamente, un bombardeo en 1944 causó importantes daños.
Se ha salvado una parte importante que continúa siendo objeto de restauración. No dudes en visitar esta joya si tus pasos te llevan hasta Pisa. No te decepcionará.
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