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Estampas de Luang Prabang (Laos 2006) 7. Tak Bak o la generosidad al amanecer.


 

Tak Bak es fe cotidiana al amanecer.

El ritual comienza con la niebla, que remonta silenciosamente de las montañas al sonido de los gongs. También se despereza, como todos los habitantes de la ciudad.

La ceremonia es generosidad: abandonar el lecho temprano, ofrecer comida a los novicios, que los monjes intercedan por quienes les han alimentado.



Los devotos esperan de rodillas al borde de la calle. Manifiestan así su sumisión a los que interceden con el más allá, con los más cercanos a la divinidad. Ellos defenderán sus méritos para una reencarnación que suponga un ascenso en la escala de la vida.

Compramos arroz y rollitos frescos envueltos en hoja de plátano. Nunca vendrá mal para nuestro espíritu, más animado por la curiosidad del viajero que por el fervor compartido. Aunque la dinámica de la ceremonia contagia la religiosidad a todo el que participa. Nuestros escasos alimentos contrastan con las ollas de arroz de los residentes.



Descalzos y en silencio asoman por el extremo de la calle. Van en fila, uniforme el color azafrán de sus túnicas, homogéneas las cabezas afeitadas, igualados en la humildad de pedir para alimentarse. Sólo comerán lo que les han donado, sólo lo harán una vez en el día. La regla monacal impone el sacrificio.

Al pasar junto a los creyentes, los turistas y los curiosos abren su escudilla en forma de tambor. No mendigan. Si no hacen amago de ofrecerles comida cubren el tarro y siguen hasta el siguiente. El recipiente se inunda con la generosidad de la mañana. Todos los buenos sentimientos caben en él.



Acuden en oleadas. Siempre procedentes de la calle principal, siempre desembocando hacia la confluencia de los ríos. Sus pies desnudos no producen ningún ruido.

Uno de los bonzos sonríe y llama mi atención. Ayer charlamos un rato en su monasterio, a la salida de la oración de la tarde. Se siente orgulloso porque cree que hemos venido para saludarle. Es el más descarado y simpático de los jóvenes. Quizá luego tenga motivo para una conversación con sus compañeros.

 

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