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Los saris son el color de la India 60 (2011). Gandhi: los Kennedy de la India.


Foto de Diario Público.

 

Aquel martes nos levantamos temprano, a las 6,45, según las notas de mi tío. No habíamos dormido bien, con lo que el desayuno hubiera sido silencioso de no ser por una noticia del día anterior: Sonia Gandhi evolucionaba de su operación.

-¿Qué posición tiene Sonia Gandhi en el panorama político indio?-Recuerdo que pregunté mientras untaba una tostada.

-Es la presidenta del Partido del Congreso-contestó mi tío.-Es la viuda de Rajiv Gandhi y la nuera de Indira Gandhi. Ambos fueron primeros ministros y ambos fueron asesinados.

-¿Los Gandhi son como los Kennedy de la India?

-Algo parecido. Son una saga familiar vinculada con el poder.

El cielo estaba nublado y amenazaba lluvia. Las moscas pululaban entre las tazas y los platos. En aquel momento el jardín era una delicia.

-¿Tienen algo que ver con el otro Gandhi, el padre de la India independiente?

-Sólo en parte. Yo creía que Indira, la hija de Nehru, el primer ministro tras la independencia, había sido de alguna forma prohijada por el Mahatma, pero no fue así. Indira se casó con un parsi con un apellido parecido que luego reconvirtió a Gandhi. La adopción del apellido de su esposo tendría unas consecuencias importantes para su vida política.

Extraigo el recorte de periódico con la pequeña información de la operación de Sonia Gandhi de las páginas de "El sari rojo", de Javier Moro. En el libro cuenta cómo esta italiana se enamoró de Rajiv en Cambridge y se trasladó a vivir a la India. También, el nulo deseo de ambos de dedicarse a la política y cómo fueron arrastrados por las circunstancias para servir a su país a través de los servicios al Partido del Congreso. Una nueva generación, la de su hijo Rahul, pedía paso para tomar el mando.

-¿No ganó unas elecciones?-le interrogué.

-Así es. Pero rechazó ser primer ministro por el conflicto que se hubiera generado debido a su origen italiano, aunque tenía la nacionalidad india desde hacía varios años. Con habilidad, propuso a Manmonahan Singh para ese puesto.

Así supe a quién debía su nombramiento el primer ministro de inmaculado turbante que había observado incidentalmente en los periódicos.

Con el cuerpo algo maltratado salimos de Bikaner sobre las 8.30. Las notas de mi tío así lo reseñaban.

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