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Dominando la Hoya de Huesca se alza la fortaleza de Loarre cuya construcción fue instada por Sancho III de Pamplona, el Mayor.

Castillo y monasterio, se conserva admirablemente.

Os paso el enlace con mi artículo publicado en la revista Viajes y lugares: https://www.viajesylugares.com/texto-diario/mostrar/5427711/sancho-iii-castillo-loarre



Nada puede ser peor para un viajero que desandar el camino y regresar sobre sus propios pasos. Llegar a tu destino es un triunfo para la mentalidad occidental, una forma de vencer sobre la vida y afirmar tu inteligencia. Regresar es perder y también una suerte de humillación.

Javier Reverte. 

 

 


"Ante mí se extiende un viaje de miles de kilómetros y el recurdo es la luz que tomaré prestado a la luna para iluminar mi camino".

De El jardín de la brumas, del autor malayo Tan Twan Eng. 

Un magnífico libro para profundizar en la historia reciente de Malasia y disfrutar de una novela que fusiona el amor, el odio, la guerra, la descolonización y las relaciones humanas en tiempos difíciles.

 


Aun tardaremos en abrigarnos pero he querido trasladaros esta imagen de mi verano en Ordesa como un anuncio de transición, de finalización de las vacaciones y de inicio de las rutinas. 

Y, también, de nuevos relatos.

Feliz septiembre.


 

La relajación del verano nos ayuda contemplar las cosas con otra mirada, más serena, más dulce, más intensa.

No necesitamos demasiado: algo que observar, que analizar, que dejar penetrar en nuestro espíritu.

Una joven contempla las evoluciones de la tarde en una playa de Cherating, Malasia.

 


El verano es tiempo relajado, o debiera serlo.

Combinamos nuetro ocio con nuestras pasiones y tratamos de estrujar la vida luciendo una sonrisa. Obtendremos otras de gente que cumple con sus trabajos y a los que les gustaría entregarse a otras diversiones. En su profesionalidad está una sonrisa.

Las sonrisas ajenas nos alegran el verano. Fomentemos las sonrisas.


 

Cuando viajamos, sentimos la necesidad de fotografiar lo que nos gusta, lo que nos extraña, a nuestros seres queridos con el telón de fondo de algún monumento, una torre o un paisaje vistoso.

Con el auge de los teléfonos móviles y sus cámaras, llevamos siempre en el bolsillo un instrumento para sellar nuestros recuerdos. A veces, ese deseo es obsesivo y sólo busca crear envidias entre nuestros conocidos o poder demostrar lo mucho que viajamos, algo que es tendencia.

Prefiero observar, captar y asimilar antes de hacer una foto. Las fotos nos ayudan a recordar los viajes pero no son el propio viaje. Hay que grabar las impresiones en el espíritu y luego hacer las fotos.